En Colombia las acciones militares de los grupos armados al margen de la ley, han traído un cruel desangre no solo de los Colombianos sino de los recursos naturales quienes se han visto afectados por el ataque a la infraestructura petrolera. Para ver esta realidad solo hay que notar las escandalosas cifras del 2014 que muestran 130 atentados que produjeron unos 17.973 barriles diarios de petróleo dejados de producir y derramando unos 410.000 barriles de petróleo al medio ambiente. Quizá los grupos armados al margen de la ley, quieren demostrar un poderío militar orientado hacia el fortalecimiento ante una posible negociación de paz. Estos grupos no han podido pensar que verter el petróleo no es un acto de guerra, sino una escena de crueldad.
Estos ataques traen nefastas consecuencias para la fauna, la flora y lógicamente el ser humano, generando incalculables pérdidas. Así mismo se ha visto afectada el agua. Los ríos llevan su peor parte seguidos de las aguas subterráneas. Miles de personas que viven de la pesca y obtienen sus ingresos directamente de los recursos naturales, han tenido que desplazarse a ciudades generando un gran cordón de miseria en la región. Este alto costo ambiental y económico lo está pagando la generación actual en conjunto con las generaciones venideras.
Ya es hora que tomemos conciencia y digamos ¡NO MAS! Ya es hora que exijamos respeto por los recursos naturales, por los animales, por nosotros mismos. No seamos unos espectadores más de un programa aburrido y repetitivo. Quizás no podamos remediar los daños ambientales, pero si podamos parar los mismos. Quizás no podamos recuperar los suelos la fauna y la vegetación perdida, pero si podemos cuidar lo que aún existe. Quizás no podamos parar de un momento a otro la guerra, pero si podemos ser constructores de paz. Solo debemos ser parte de la solución, pidiéndole al gobierno nacional una negociación y a los grupos armados al margen de la ley, respeto por cada uno de los seres vivos, respeto por los recursos naturales.
Las ostras son verdaderas joyas de la gastronomía. Existen más de cincuenta especies vivas que son comestibles. Estos moluscos están protegidos por dos valvas o conchas de aspecto rústico, con
Gabriel Ricardo Morales Fallón ha tenido presente la conciencia para realizar su trabajo filantrópico que asume con responsabilidad no solo como Latinoamericano, sino también como constructor de paz por medio de la reconciliación y el amor con el medio ambiente y los animales, teniendo presente que la mejor manera de sensibilizar a la sociedad es realizando acciones concretas en pro de estos seres vivos que hemos considerado inferiores, pero que con su generosidad y persistencia por existir, demuestran su grandeza.