Las aguas termales son aguas subterráneas que se originan con las lluvias y el deshielo; estas se filtran través del suelo. Estas aguas pueden llegar a una profundidad desde 10 hasta 50 metros de profundidad. Como la temperatura del agua aumenta a medida que desciende y su calor es superior al lugar o superficie donde emanan. A mayor profundidad que se encuentran estas aguas, mayores son los elementos minerales que poseen y que han sido tomados de las rocas. Generalmente las aguas se infiltran en zonas volcánicas y están en contacto con el magma del volcán. Estas aguas se encuentran con mayor frecuencia en las montañas debido a las fallas de las rocas, y por encontrarse en las capas profundas del suelo, son muy ricas en sales minerales; los componentes minerales que contienen las aguas termales, están disueltos en ellas.
Durante muchos años las aguas termales han sido objeto de numerosos estudios; debido a todos sus componentes que son muy benéficos para la salud. Contienen silicio, manganeso, zinc, cobre, flúor, hierro, yodo, fósforo, cromo, azufre, etc.
El uso diario del agua termal hace que la piel rejuvenezca, se libre de impurezas y alivie los efectos de quemaduras por el sol, irritaciones, etc. Se ha comprobado que son excelentes para uso dermatológico. Los investigadores han contado con evidencias de que estas aguas ayudan al organismo a mejorar el sistema de defensa de la piel contra las severas agresiones producidas por el medio ambiente.
Al tener contacto con las aguas termales, ellas penetran por la piel al cuerpo humano y sus componentes y cantidades minerales benefician y suplen eventuales carencias en el nuestro organismo.
Activan y aceleran el metabolismo, provocan sistemas de tensión y relajación por todo el cuerpo, aumenta la inmunidad humoral y celular; si la persona padece enfermedades articulares, las aguas tienen un efecto antinflamatario y calmante. Si padece del sistema nervioso, reduce la ansiedad y tienen un efecto sedante. Depura la sangre eliminando toxinas, reduce el asma y las enfermedades respiratorias y disminuye los dolores por inflamación; son utilizadas principalmente para curar las enfermedades de la piel, especialmente la dermatitis y lesiones en las mismas. También en enfermedades como la artritis, artrosis y para la circulación de la sangre. en fin, son muchísimos los beneficios que recibimos de estas maravillosas aguas mineralizadas o termales.
Según cuenta la historia en la edad antigua las civilizaciones griegas y las romanas utilizaban baños mineralizados para fines terapéuticos, para socializar, para discutir diferentes temas y para leer. A las aguas termales se le atribuyen muchos beneficios entre ellos, ejercen efectos terapéuticos, alivian y restauran la salud de todo ser humano.
Antes de aprovechar las termales, se debe consultar a un médico especialista en termales ya que las aguas son curativas y convenientes pero también tienen contraindicaciones y consejos sobre su utilización.
Nuestro cuerpo y nuestra mente agradecen la relajante, estimulante y curativa agua caliente que brota naturalmente de la tierra con sus múltiples propiedades que nos alivian y nos dan bienestar y nos ayudan a equilibrar nuestro organismo. Es una armonía asegurada; los pozos, piscinas, duchas y chorros son sitios de paz, descanso y relajación, aseguran quienes visitan con frecuencia los sitios donde brotan estas maravillosas aguas.
Predicciones sobre el medio ambiente
Algunas localizaciones importantes de las aguas termales están en las áreas volcánicas, pero casi en todos las países se encuentran estas aguas. Hay muchos sitios donde brotan las aguas termales y salen fumarolas o chorros de vapor y de gases y hay depósitos de lodo. Estos se forman por el vapor de los ácidos que descomponen las rocas por las que se filtran las termales; se asemejan a una olla en ebullición y así mismo es su temperatura. Generalmente las personas que tratan estas aguas hacen perforaciones y adaptan estos pozos de tal forma que las personas aprovechen los baños pero a una temperatura adecuada sin alterar sus propiedades.
Hay un maravilloso fenómeno que se le denomina géiser, son explosivos chorros de agua caliente y vapor que brotan de las zonas de aguas termales. Al estar almacenadas estas aguas en los conductos de los géiseres , periódicamente estas se sobrecalientan tanto hasta alcanzar máximas temperaturas, sobrepasando los puntos de ebullición; al pasar dichos puntos, el agua sale expulsada con fuerza al exterior y se convierte en chorros de vapor y agua hirviendo.
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