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Caballo: belleza de la creación

caballo Morales Fallon

El caballo, uno de los animales más bellos de la creación

El caballo es un mamífero de gran porte, de cuello alargado y de largas crines. Se conoce como ganado equino o caballar. De paso fino,  parece inmune al cansancio de largos viajes y grandes competencias. Su pelo es corto y sus largos mechones se llaman crines. El color de su pelo depende de las razas; cuando son rojizos se les llama, alazán, alazán con manchas blancas, sabino, castaños claros se les llama bayo, etc. Los hay de raza pura y los atravesados. Se debe a la educación, a la naturaleza y a la viveza, la elegancia y la agilidad de sus movimientos. Los caballos poni pueden medir menos de un metro de altura y los de tiro o de paso, pueden llegar a medir hasta  2 metros de altura. Dependiendo de la raza es el tamaño de los caballos.

 

El caballo árabe es la raza pura más antigua en el mundo, son diferentes de los demás caballos refiriéndonos  a su anatomía, pues tienen una costilla, un hueso lumbar, y una o dos vértebras menos y en cuanto a sus dientes, estos nunca dejan de crecer.

 

El caballo, ha sido importantísimo en el desarrollo y la supervivencia del hombre, es un animal de silla o ligeros y pesados o de tiro y de carga. Se produjeron grandes conquistas y emigraciones con su participación, sin él no se habría logrado mucho. Estos herbívoros y hermosos ejemplares son inteligentes, valerosos.  Para defenderse, dan coses con sus patas traseras y mordiscos con sus fuertes dientes. Las patas de los caballos tienen una pezuña o casco, que es la protección del único dedo que poseen. Los caballos tienen diferentes pasos; cuando caminan, cuando trotan y cuando galopan. El paso más rápido es el galope alcanzando los 65kms por hora. El trote lo  hace en dos tiempos, muchísimo más lento que el galope.

 

Usualmente a la hembra se la llama yegua y a las crías si son machos, se les llama potros o potrillos, y si son hembras potras o potrancas. Los colores del pelaje de los caballos varía  mucho según la raza. Pueden ser de color blanco, beige, marrón claro, marrón oscuro o completamente negros. Puede suceder también que el pelaje del cuerpo sea de un color y las crines de otro; también puede suceder que tenga manchas de otro color en la cabeza, en el cuerpo o en las extremidades. En cuanto al periodo de vida en cautiverio pueden llegar a vivir hasta 40 años, mientras que en estado salvaje pueden llegar tan sólo a los 25.

 

Los machos adultos que son formados para reproducción son llamados sementales, las hembras se les llama yeguas y a sus caballos chicos se les llama potros o potrancas, dependiendo del género. El periodo de gestación de las yeguas es de 11 meses y únicamente tiene una sola cría aunque a veces paren 2 ó gemelos;  es algo excepcional  así como los partos de tres.

Dentro de la especie de los caballos se encuentran los burros o asnos; son animales cuadrúpedos similares a los caballos pero de menos clase porque no se usa para competencias ni para cabalgar. Sin embargo este animal doméstico es muy servicial, ayuda a las personas en trabajos de carga y en labores cotidianas de muchos hogares. Un burro tiene  un promedio de vida mayor al de los caballos. En condiciones apropiadas puede llegar a los 40 años de vida. Muchos mueren mucho antes de lo normal debido al abuso del servicio de estos tiernos y juguetones animales. Son amistosos con las personas y dados a la terquedad,  porque es difícil obligarlos a hacer cosas que van en contra de su supervivencia.

 LEYENDA SOBRE EL CABALLO

Cuenta la leyenda que un día, Dios salió a caminar por el mundo para contemplar su creación. Mientras cruzaba el desierto, escuchó los lamentos de un beduino y se detuvo para averiguar la razón de su llanto.

—¿Qué te sucede?—le preguntó.

—¡Oh. Altísimo!—replicó el hombre—. He viajado por la Tierra y he visto las incontables riquezas que les diste a otros pueblos. Ellos tienen ríos caudalosos, tierras fértiles, inmensos bosques y montañas de oro y plata. A mí, en cambio, solo me diste esta arena que quema mis pies.

 

Dios miró a su alrededor y reconoció que el beduino tenía razón.

—No llores más—le dijo—. Te daré algo que ningún otro ser humano tiene.

 

Entonces, el Supremo extendió su mano derecha y convocó al viento del sur. Luego, extendió su mano izquierda y moldeó, con ese viento, una figura mientras exclamaba:

—¡Tendrás la visión del águila y la valentía de un león! ¡Serás tan elegante como una gacela y tan fuerte como un tigre! ¡Tu memoria igualará a la de un elefante y tu resistencia, a la de un camello!

 

Poco a poco, la ráfaga de viento fue tomando forma mientras el Infinito Señor continuaba:

—¡Te daré cascos duros como la roca y tu pelaje será suave como el plumaje del ruiseñor! ¡Serás leal, inteligente  e incansable para el trabajo! ¡Tendrás la belleza de una reina y la majestad de un rey!

 

Luego, el Creador sopló en el hocico de la figura y le infundió vida.

—Ahora—dijo—, te daré como mi obsequio a los beduinos. Ellos aprenderán a conocerte y cabalgarán sobre tu lomo. Y tú correrás por la Tierra como el viento del cual estás hecho.

 

Así, cuentan los árabes, fue como su pueblo recibió al caballo,  el regalo preferido de Dios.

 

Leyenda árabe.

  

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