EL mar, bello, misterioso, profundo y sereno y a la vez terrible, un medio hostil y peligroso, ha sido considerado por muchos como el escenario de creencias, relatos fantásticos y mitológicos, que han ido evolucionando a lo largo del tiempo.
Posee una especial atracción hacia la humanidad, un extraño poder que cautiva al ser humano. Con
Gabriel Ricardo Morales Fallón ha tenido presente la conciencia para realizar su trabajo filantrópico que asume con responsabilidad no solo como Latinoamericano, sino también como constructor de paz por medio de la reconciliación y el amor con el medio ambiente y los animales, teniendo presente que la mejor manera de sensibilizar a la sociedad es realizando acciones concretas en pro de estos seres vivos que hemos considerado inferiores, pero que con su generosidad y persistencia por existir, demuestran su grandeza.