El concepto de tifones, tormentas tropicales, ciclones, huracanes, aunque todos suenan diferente, describen el mismo tipo de desastre.
En esencia se refieren a grandes sistemas cerrados de circulación de aire en la atmósfera, en los que se combinan bajas presiones y fuertes vientos que rotan en el sentido opuesto de las agujas del reloj en el hemisferio norte y en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur. Los ciclones, se forman en el Océano Indico y en el Océano Pacífico Sur, huracán, en el Océano Atlántico Occidental y el Océano Pacífico Oriental y Tifón en el Océano Pacífico Oriental.
Los huracanes y Tifones, son nombres locales para tormentas originadas en el Mar Caribe y en la región del Mar de China respectivamente. Son el mismo tipo de tormenta que los ciclones tropicales.
Las tormentas tropicales se forman cuando una tormenta menor comienza a absorber energía de los océanos cálidos normalmente durante el verano y el otoño. En un determinado momento sus vientos se organizan y comienzan a girar con fuerza en torno a un centro. Paralelamente el sistema forma bandas de lluvias y tormentas concéntricas que se desplazan en masa según los vientos predominantes. Cuando adquieren mayores dimensiones y sus vientos alcanzan los 120 km/h, comienza a llamarse huracán que según su fortaleza se clasifican en cinco categorías.
Los huracanes y tormentas tropicales llevan asociados los siguientes fenómenos: vientos muy fuertes, lluvias torrenciales, tormentas eléctricas, tornados y grandes olas rompientes con subida del nivel del mar en las zonas costeras.
Los ciclones tropicales se forman sobre las aguas cálidas del trópico ecuatorial a partir de disturbios atmosféricos preexistentes tales como sistemas de baja presión y ondas tropicales. Las ondas tropicales también pueden formarse de frentes fríos y ocasionalmente de un centro de baja presión en los niveles altos de la atmósfera.
Este tipo de fenómenos naturales solo se producen en algunas zonas del planeta, por lo que por suerte, muchos enclaves del mundo no padecen su consecuencia.
Además de vientos y lluvias, la tormenta tropical puede generar olas muy grandes y marejadas. Como consecuencia de estos fenómenos es habitual que estas tormentas provoquen inundaciones en las regiones costeras.(puede interesarte:Misterios de la naturaleza )
Las tormentas tropicales suelen causar ráfagas de viento de más de 60 kilómetros por hora. Su velocidad media suele situarse en torno a los 120 km/h aunque con registros que superan los 400 km/h.
Esta intensidad de los vientos hace que las tormentas tropicales provoquen daños importantes tanto en la vegetación, arrasando árboles y cultivos, como en las estructuras construidas por el ser humano, como edificaciones, viviendas, puentes, etc. En ocasiones, las precipitaciones provocan desprendimientos de tierra en las regiones montañosas y generan derrumbes.
Existe un patrón general más o menos constante, pero que puede variar según las condiciones meteorológicas. En el Océano Atlántico, en el Mar Caribe y en el Golfo de México, comienza el 1 de Junio de cada año, debido al calentamiento del agua durante el verano y se extiende hasta el 30 de Noviembre; aunque, puede haber tormentas tropicales todo el año, excepto en Marzo.
En algunas zonas del mundo especialmente en China, Japón y Filipinas, las lluvias torrenciales traídas por ciclones tropicales, pueden producir deslizamientos de tierra en zonas montañosas, generalmente con resultados desastrosos.
Los ciclones tropicales se desarrollan en los mares y los océanos, son más violentos y vigorosos sobre el agua. Normalmente se mueven de Este a Oeste bajo la influencia de la velocidad de los vientos. Ellos son de carácter estacional y se producen durante un periodo específico del año solamente. Los huracanes y tormentas tropicales llevan asociados los siguientes fenómenos: lluvias torrenciales, tormentas eléctricas, tornados y grandes olas rompientes, con subida del mar en zona costera.
Cómo protegerse de las tormentas?
Identificar con anticipación a dónde podría ir en caso de desalojo de vivienda. Tener a mano el o los números telefónicos de la familia o amigos, así como un mapa de carreteras de la localidad.
Preparar un equipo de suministros que contengan, botiquín de primeros auxilios, comida enlatada, botellas de agua, ropa protectora, impermeables, radio de pilas, baterías, linterna, instrucciones sobre cómo desconectar los servicios de energía, gas y agua.
Contra vientos fuertes, instalar contraventanas ojalá con tablas de madera, podar los árboles cercanos, quitar las ramas secas, asegurar toldillos, carpas, kioskos, macetas. Resguardarse en baños ojalá sin ventanas, dentro de los clósets y permanecer dentro de las viviendas y recomendablemente en el centro de las mismas hasta que las autoridades competentes lo autoricen, porque muchas veces las tormentas se calman pero regresan con más fuerza. (puede interesarte: Alaska y su cambio climático )
Los huracanes, tornados, tormentas tropicales y ciclones, destruyen las cosechas en pie, matan o hieren a los animales, causan daños en viviendas, cultivos y almacenes de alimentos; las grandes olas devastan las zonas costeras bajas. Las comunidades pesqueras sufren las consecuencias de las tormentas en forma de muertes por ahogamiento en el mar, naufragio de embarcaciones y daños en artes de pesca y lugares de desembarque de capturas. Las islas están especialmente expuestas, pues una sola tormenta puede ser suficiente para destruir su infraestructura y paralizar su economía.
De las grandes tormentas, huracanes, ciclones y tifones, de las últimas décadas, podemos aprender mucho en cuanto a prevención; pues sabiendo cómo han afectado a las infraestructuras y al desarrollo del negocio, podemos entender qué medidas adoptar para una mejor protección y una recuperación aún más rápida y efectiva.
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Gabriel Ricardo Morales Fallon