Dar por voluntad propia, con generosidad, ayudar a los demás sin esperar algo a cambio es de corazones humildes, es grandeza de espíritu. Cada una de nuestras virtudes redunda en bien de nuestra alma, de nuestra forma de sentir, de ver las cosas con sensibilidad, paciencia y fortaleza.
Según la Real Academia de la Lengua la solidaridad es la “Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros” es así, que esta se basa en la ayuda hacia los demás. La solidaridad es el valor más puro que ofrece el ser humano en las calamidades, desastres, dificultades que se presentan en las personas, miembros de las comunidades, regiones, países, etc., es esa gran preocupación por un ser afligido con la necesidad de una mano amiga, por la rapidez de socorrerlo y ayudarle a mitigar su dolor, así implique un sacrificio personal.
El camino del ser humano no es fácil; día tras día enfrentamos dificultades, tenemos alegrías y sinsabores pero en el momento de situaciones de gran dificultad, aparecen seres de una actitud firme, perseverante que se empeña por el bien común, el bien de todos y cada uno de los de su entorno que claman ayuda. Cuando ayudamos a los demás, estamos dando un respaldo y ejemplo a una generación futura que se prepara, para vivir y actuar en pro de los demás. No es caridad, es simple bondad y grandeza; no sabemos cuándo podremos necesitar de otras manos.
A pesar de que nuestra naturaleza está tan caída por las guerras, los desastres naturales, los problemas de la comunidad, el ser humano aún tiende la mano. Hay lumbres de nobleza y principios de rectitud. El amor sin límites al creador, revierte sobre nosotros en abundancia de amor, generosidad, solidaridad, comprensión y caridad, no importa si somos creyentes o no creyentes, de diferentes dogmas religiosos, o si tenemos disímiles razas, color o estatus social.
Actuar de forma solidaria en el momento justo, es un compromiso moral, unido por intereses y responsabilidades en pro de los beneficios que se pueden ofrecer a una determinada causa, de los más desfavorecidos. Qué bueno sería generar una cadena de ayuda, para que esta se propague a todo el mundo. No es difícil ayudar al del lado; si cada uno de nosotros hacemos esto, probablemente el mundo puede cambiar. Basta de criticar, solo debemos actuar y pensar en los demás.
No debemos sentirnos incómodos o apocados en el momento de ser solidarios. Dar no implica vergüenza ni ridiculez. Las conductas solidarias engrandecen el espíritu de los seres fortalecidos con el ánimo de seguir ayudando al prójimo. Unidos haremos un mundo mejor; un mundo solidario ayuda a todo el que sufre.
Si nos damos cuenta, los animales también son solidarios con los de su especie. Entre ellos, se establecen también relaciones fuertes, lazos de afecto que hacen que se protejan entre sí; los más fuertes o los padres, acogen a los más débiles; En momento de peligro se muestran unidos.
Así que preparémonos no solo para el 20 de Diciembre que es cuando se celebra el Día Internacional de la Solidaridad Humana, sino para el resto del año, puesto que pensar en los demás, no hará más nobles , grandes pero sobretodo, más humanos.
¿Y tu, que tan solidario eres? Atrévete a hacer parte del cambio
Gabriel Ricardo Morales Fallón
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El único satélite natural de la tierra es la luna. Tiene un diámetro ecuatorial de 3474 km y es el quinto y mas grande satélite del sistema solar. Su prominencia
Gabriel Ricardo Morales Fallón ha tenido presente la conciencia para realizar su trabajo filantrópico que asume con responsabilidad no solo como Latinoamericano, sino también como constructor de paz por medio de la reconciliación y el amor con el medio ambiente y los animales, teniendo presente que la mejor manera de sensibilizar a la sociedad es realizando acciones concretas en pro de estos seres vivos que hemos considerado inferiores, pero que con su generosidad y persistencia por existir, demuestran su grandeza.