Es bien sabido que el abastecimiento de energía eléctrica atraviesa por un momento crítico; es así que el mundo se encuentra en un periodo grave de crisis energética debido a diversas causas: el calentamiento global es una de las principales causas y sus consecuentes cambios climáticos y la insuficiente oferta energética de gas y energía eléctrica, el derroche diario de electricidad por parte de los humanos, amenazan el funcionamiento ordenado de la sociedad y como consecuencia, se generan posibles restricciones que hoy en día, no le hace bien al planeta.
A medida que pasa el tiempo, cada vez más el ser humano ha ido dependiendo de los recursos energéticos. Para el mundo actual es impensable vivir un solo día sin energía eléctrica, sin calefacción, sin iluminación, sin refrigeración, sin electrodomésticos; la dependencia energética se ha convertido en un exceso, principalmente de combustibles fósiles y que son recursos que no son renovables.
Vivimos en una sociedad de consumo y para mayor confortabilidad, el ser humano tiene que consumir muchos recursos. Entre más se consume, mejor. La mayor parte de la estructura de oferta de la energía primaria, está basada en el uso del petróleo y del gas a nivel mundial.
El uso de combustibles fósiles, produce contaminación, un incremento en las emisiones de gases efecto invernadero y como resultado un aumento en el calentamiento global.
Expertos se han referido a nuevas alternativas de energía sustentables y renovables, con recursos capaces de renovarse ilimitadamente. Dentro de estas fuentes de energía tenemos las dos principales: la energía solar y la energía eólica. Estas energías no destruyen la capa de ozono y no originan residuos contaminantes.
La energía solar es la generada por un proceso de fusión nuclear. Llega a la tierra en forma de radiación electromagnética, proveniente del sol. Luz, rayos ultravioleta y calor. Es una fuente de energía renovable, es la que menor impacto tiene sobre el medio ambiente, no tiene procesos de combustión. La energía solar es una fuente de energía renovable, es un sistema que aprovecha la radiación del sol incidente sobre la tierra para generar energía eléctrica o de calefacción a través de la instalación de paneles reflectantes para radiadores.
Se aprovecha por medio de ciertos captadores, como células fotovoltaicas o colectores térmicos. Es una energía renovable o energía limpia. La energía solar como se ha mencionado, se obtiene a partir del aprovechamiento de la radiación electromagnética obtenida por el sol. Desde la antigüedad, esta energía ha sido conocida y utilizada por el ser humano mediante la radiación solar que llega a la tierra.
La recogida natural de la energía solar se hace mediante la captación de la luz, y el calor emitidos por los rayos solares concentrados; se produce en los océanos, en la atmósfera y en las plantas que produce la tierra y es conocida como energía limpia o energía verde. La radiación directa es la que llega directamente del foco solar.
De acuerdo a estudios de Greenpeace, la energía solar fotovoltaica, podría suministrar electricidad a dos tercios de la población mundial en el 2030.
La energía eólica es la obtenida a partir del viento, es decir que no se tiene acceso al sistema eléctrico para generarla. La energía eólica evita el envío a la atmósfera de miles de toneladas de gases contaminantes producto de la combustión del carbón y del petróleo. La energía eólica se obtiene con las corrientes de aire terrestre; beneficia la atmósfera, el agua, el suelo, la vegetación, la fauna y obviamente al ser humano. Es una de las energías menos contaminante que existe y más seguras en el campo energético. Durante siglos se ha utilizado la energía solar para producir vientos que son los que hacen girar los molinos de viento.
Para generar energía eólica, los sistemas modernos utilizan hélices fuertes, ligeras y resistentes a las intemperies, aerodinámicas, que cuando son unidas a generadores, producen electricidad, para alimentar zonas locales o para alimentar alguna planta o red de energía eléctrica de alguna región.
La energía producida por el viento y por el sol, reducen el impacto ambiental al compararse con otros combustibles como el carbón, el gas y el petróleo, tienen un impacto 0 cero sobre el entorno natural, en el momento de su transporte; pues no se utilizan, tuberías, camiones, barcos, etc. Se elimina la construcción de refinerías y elimina los riesgos que conlleva transportar los combustibles y residuos nucleares.
Es necesario que impere y prevalezca la racionalidad de consumo de energía eléctrica, el uso eficiente del agua y ayudar a promover en la medida de lo posible, las energías renovables y poco a poco sustituir progresivamente la dependencia excesiva de las energías convencionales. La búsqueda de otras alternativas de energía para la sustitución de las fuentes de energía fósiles, es deber de los gobiernos y de las entidades encargadas del sector eléctrico.
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